A la hora de iniciar una dieta, el paciente debe de tener en cuenta que esto supone modificar aspectos del día a día. El profesional medico debe procurar que ese cambio de hábitos no sea traumático para el paciente y no le desanime en su seguimiento. La propuesta será una reeducación de los hábitos alimenticios de tal manera que un menú sano y equilibrado no suponga un esfuerzo sobrehumano y desmotivante.

El ritmo de vida actual, con jornadas laborales intensas y llenas de ajetreo, nos impide en muchas ocasiones alimentarnos de manera correcta, lo que a la larga repercute en nuestra salud. Los principales riesgos a los que estamos expuestos son la fácil disponibilidad de alimentos procesados ricos en azúcares, trabajos sedentarios y, en general, la escasa actividad física.

Este estilo de vida poco saludable no tarda en pasarnos factura en forma de kilos de más, además de otras afecciones estéticas como flacidez o celulitis. En este entorno resulta fácil dejarse llevar por las “dietas milagro” que prometen una rápida pérdida de peso en pocos días, pero que a la larga resultan perjudiciales ya que pueden comprometer el aporte adecuado de nutrientes esenciales y suponer un verdadero riesgo para la salud.

Reeducación alimentaria

La pérdida de peso es un proceso de reeducación alimentaria y estas dietas milagrosas se basan básicamente en la eliminación de calorías, costumbre que, si se mantiene durante mucho tiempo, puede ser un factor de riesgo que conlleve trastornos alimenticios.

Por el contrario, reducir el consumo de los carbohidratos de mala calidad que ingerimos no solo nos permitirá bajar de peso con mayor facilidad, sino que también evitaremos problemas de salud. No se trata de eliminarlos, sino de elegir los adecuados.

El mejor plan alimenticio será aquel asesorado por un dietista- nutricionista, que el paciente pueda incorporar a su vida cotidiana y le permita alcanzar y mantener un peso corporal saludable. La recomendación es que la pérdida de peso sea moderada pero mantenida, que reduzca grasa corporal, y que corrija los hábitos alimenticios basándose en una correcta educación nutricional. En definitiva, se trata de adoptar un estilo de vida saludable, que incluya una dieta equilibrada, variada y moderada y que haga posible el mantenimiento de un óptimo estado de salud.

El seguimiento por un nutricionista es esencial

Además de una dieta personalizada, es fundamental el seguimiento de un nutricionista durante todo el proceso para que el objetivo se mantenga en el tiempo. La reeducación nutricional es básica para evitar el temido “efecto rebote” o “efecto yo-yo” y no recuperar el peso perdido al poco tiempo.

El especialista será el encargado de planificar la dieta de acuerdo a las características del paciente, su estado general, actividad y ejercicio físico que realiza a diario. Tendrá en cuenta especialmente situaciones específicas como el embarazo, la lactancia, la vejez, la niñez, o casos de enfermedades con requerimientos especiales, así como la estación del año, ya que la dieta no será la misma en cada caso. Realizará además los estudios y analíticas necesarios para el que el plan sea personalizado.

La función del seguimiento por un nutricionista profesional es fundamental para asegurar que la dieta indicada se va realizando de manera adecuada. Ofrecerá las diferentes herramientas para realizar los cambios en los hábitos, y un seguimiento para identificar otras alternativas si el paciente no ve progreso.

Durante el periodo de seguimiento, vamos a ir valorando en cada consulta qué es lo que está perdiendo (grasa, agua, masa muscular,…) gracias a la tecnología utilizada

En las visitas al nutricionista el paciente debe mostrar la mejor actitud, ser sincero con el profesional y trabajar de acuerdo a las decisiones tomadas para aprovechar el tiempo y obtener los mejores resultados.

Beneficios del acompañamiento al paciente

El seguimiento del paciente por parte de un profesional aporta toda una serie de ventajas para favorecer los resultados deseados que en solitario no sería posible alcanzar. Además de comprobar que la disminución de peso se va produciendo según lo previsto y de manera saludable, el experto en nutrición puede ayudar al éxito con:

  • Refuerzo positivo y motivación. Muchos más importante de lo que pudiera parecer, el reconocimiento del progreso obtenido refuerza positivamente para avanzar en el plan nutricional marcado y no desfallecer en el proceso.
  • Reconocimiento del progreso. En un proceso de cambio, es fundamental valorar el esfuerzo y los avances que se van alcanzando de una manera objetiva y profesional.
  • Empatía y confianza. El profesional con experiencia conoce las dificultades que supone el cambio en la manera de alimentarse y puede ofrecer al paciente las mejores recomendaciones. Lograr la confianza con el nutricionista permitirá discutir aspectos de nuestros hábitos alimenticios sin temores ni vergüenzas.

Mantenimiento de los resultados en el tiempo

Sin lugar a duda, es complicado mantener el peso después de adelgazar, sobre todo si el método seguido es de los que ofrecen “rápidos resultados”. Según estudios científicos, el tipo de calorías que ingerimos es más importante que su número. Así, una dieta baja en hidratos de carbono funciona mejor a la hora de mantener el peso a largo plazo porque la reducción de los carbohidratos aumenta el gasto de energía, sin olvidar es un proceso que hay que realizar de manera individualizada, con un plan prescrito para cada uno y con el seguimiento de un profesional médico experto.

Tu experto en nutrición en Madrid

En Clas Medicina Estética nuestro especialista elaborará una dieta absolutamente personalizada para que nuestros pacientes puedan normalizar su peso de forma natural y sana. Para ello elaboramos un plan de trabajo que incluye:

Valoración inicial del estado nutricional del paciente a través del análisis de su composición corporal, obteniendo datos de la cantidad de grasa, músculos, agua y metabolismo.

Planificación de una dieta personalizada basándonos en los resultados obtenidos, teniendo en cuenta los gustos, costumbres y necesidades de cada persona.

En caso necesario, recomendamos un estudio genético para personalizar aún más el tratamiento.